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¿Por qué aprender hoy de las culturas del extremo sur de Chile? Conoce la 3a Expedición de Martin Gusinde, SVD, a Tierra del Fuego (1921-1922)

Foto del escritor:  Fernanda  Moletto Fernanda Moletto

Puede parecer una locura cualquiera de las cuatro expediciones de Martin Gusinde a Tierra del Fuego: viajar 20 días en un vapor de Valparaíso a Punta Arenas, usar tres meses de vacaciones para recorrer islas inhóspitas, o más aún, gastar fondos públicos y privados para investigar culturas en el extremo más austral de América.


Choza Chiejaus, ceremonia yagán
Choza Chiejaus, ceremonia yagán

A principios del siglo XX, los gobiernos de Chile se esforzaban por convertir esta tierra en un país moderno. Tímidamente, Chile trabaja en ser un lejano reflejo de Europa: se extendían las líneas del ferrocarril, aparecían los primeros automóviles en las calles de Santiago y las ciudades comenzaban a alumbrarse con luz eléctrica.  Sin embargo, mientras eso ocurría el sacerdote alemán Martin Gusinde se encontraba en el extremo sur conversando con pobladores fueguinos. Él mismo cuenta:Pasé horas a la lumbre del fuego animándolos a que me contaran lo que conservan de sus antepasados. Allí, al abrigo de sus chozas, me referían cómo y de dónde habían venido los primeros hombres a estas regiones, cómo se formó la inmensidad de canales y la nieve eterna, los nombres de las aves y los demás seres vivientes.” ¿Cuáles serían esas historias tan valiosas que escuchó Gusinde al calor de una fogata?


Canal Beagle en la actualidad
Canal Beagle en la actualidad

Cien años después, desde la perspectiva de nuestra sociedad industrial, tan moderna y tecnologizada, en que no sólo tenemos luz eléctrica sino satélites, internet o la asombrosa inteligencia artificial, sigue siendo vigente la pregunta: ¿Qué se puede aprender de las culturas tradicionales de los pueblos originarios? ¡Mucho! Y así mismo pensaba Martin Gusinde.


Gusinde emprendió una tercera expedición entre 1921 y 1922 con el objetivo principal de conocer la ceremonia yagán del “Kina”, la iniciación de la juventud (similar a la fiesta selknam del “Hain” o del “Klóketen”, pero con sus propias características). Dicha ceremonia, nutrida de ritos, revelaría elementos de la cosmovisión yagán de aquel tiempo: su modo de habitar y contemplar el mundo.


Las cosmovisiones yagán, selk’nam o kawésqar tienen mucho que enseñar. Entre otros valores, estas culturas poseen un valioso sentido de trascendencia, dan importancia a los lazos comunitarios, enseñan un respeto por los ancianos que atesoran la tradición oral, y su cosmovisión refleja una profunda conexión con la naturaleza.

Cada uno de estos valores bien puede enriquecer la vida de la sociedad occidental, que, a pesar de toda nuestra capacidad tecnológica e industrial, cae con tanta facilidad en el individualismo, en la inmediatez o el uso de la naturaleza exclusivamente como un recurso económico.


Niños yaganes
Niños yaganes

Esto y mucho más es lo que la Fundación Gusinde está difundiendo al publicar la 3a expedición de Gusinde. La invitación es a mirar la cultura tradicional con otros ojos, y así ver que las más antiguas tienen hoy mucho que aportar. Los invitamos a seguir nuestras actividades de para conocer más tesoros culturales de aquellas sociedades que siguen aún habitando el extremo más austral del mundo.

Texto:

Santiago Jiménez Walker

Profesor de Historia y Ciencias Sociales

Diplomado en Cultura Tradicional 

Fuente Fotografías:

1 Choza Chiejaus o Kina.  Fotografía Patrimonial Archivo Martin Gusinde MHN

2 Canal Beagle – Isla Navarino – Archivo Fundación Gusinde

3 Niños Yaganes. Fotografía Patrimonial Archivo Martin Gusinde MHN

Bibliografía:

Martin Gusinde, Expediciones a Tierra del Fuego, Ed. Universitaria, 2013.

Feliú Cruz, G. (1969). “El padre Martín Gusinde y su labor científica en Chile.” Revista Historia, N°8.

Armando de Ramón, Santiago de Chile. Historia de una sociedad urbana, Catalonia, 2013.

 

 

 


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